Has leído bien, y no estamos locos, hoy te contamos porqué esta marca nos provoca esta sensación de amor-odio.
Los orígenes de Hermès
Es importante ponerse en situación y entender los orígenes de Hermès, ya que esto nos ayudará a entender algunos detalles más adelante.
Hermès nace en 1837 de la mano de su fundador, Thierry Hermès, de una forma muy distinta a lo que se entiende hoy en día. Y es que nació como una pequeña tienda-taller que fabricaba artesanalmente artículos de guarnicionería, todo lo relacionado con el mundo del caballo. Desde arneses, bridas a exquisitas sillas de montar. Porque si hay algo que ha caracterizado a esta marca desde el principio, es la precisión y recelo con la que trabajan de manera artesanal cada uno de sus productos.
No está del todo claro cómo con el paso de los tiempos se adentró en el mundo de la moda. Primero empezaron con lo que sabían hacer, con el cuero, ampliando su catálogo de productos a la marroquinería de lujo, y de ahí, a la moda.
Hoy en día, el LVM posee gran parte de sus acciones y, aunque mantienen la misma calidad que antaño en sus productos, especialmente en los relacionados con el cuero, se ha llegado a un punto en el que el precio no justifica el artículo.
Pañuelos de seda Hermès:
No fue hasta un siglo después, en 1937, que se iniciaron en el mundo de los pañuelos de seda natural. Lo hicieron de la mano de Robert Dumas, con un Carré (pañuelo de formato cuadrado) que se llamó Jeu Des Omnibus et Dames Blanches.
De 90 x 90 centímetros, se convirtió al poco tiempo en una pieza deseada y exclusiva para aquellos que se lo podían permitir, princesas, actrices y gente de la alta alcurnia.
Ha sido tal la fama de estos pañuelos, que hoy en día, si pensamos en palabra Carré es imposible no pensar en Hermès.
Pero hay que reconocer que no todo es marca, y que es un producto muy bien hecho. Pese a que con el tiempo, han surgido otras formas de estampar pañuelos de seda, ellos siguen usando la técnica de serigrafía. Pero no cualquier serigrafía, en la que una pantalla se emplea para un solo color, y que normalmente se usan hasta 4. Ellos, con horas y horas de trabajo, llegan a realizar hasta 27 tonalidades distintas por pañuelos. Esto quiere decir, 27 pantallas de serigrafía diferentes, con una precisión exquisita a la hora de superponer los colores y combinarlos.
En este vídeo podéis ver de lo que hablamos:
¿Qué hacemos nosotros piropeando de esta manera a Hermès?
Realmente no estamos elogiando a la marca, sino al saber hacer. Como apasionados que somos de la seda, no nos queda más remedio que quitarnos el sombrero (y lo hacemos con gusto) ante ellos que han desarrollado semejante grado de calidad y exquisitez en sus productos.
Seguramente, gran parte de nuestras ventas vienen gracias a ellos, ya que fueron de los pioneros en popularizar e incluir los pañuelos de seda como un accesorio de moda.
¿Porqué nunca haremos pañuelos de seda como Hermès?
Esta pregunta es ambigua. Por un lado, la calidad de la seda que empleamos, el acabado cosido a mano y los detalles y controles de calidad que tenemos con nuestra producción de pañuelos no dista tanto de Hermès. Claro, pero entonces cómo es posible que nuestros pañuelos cuesten a partir de 45€ y los pañuelos de Hermès no bajen de 385€.
La diferencia más notoria, no está en el producto en sí y su calidad, si no en todo lo que rodea a este. Hermès, al igual que otras marcas de alto lujo, se gastan una fortuna en crear ese sesgo psicológico de lujo, de exclusividad que hace creer a la gente que al tener un producto de ellos se pertenece o se posee un status social por encima del que no lo tiene. Y eso, es algo con lo que hemos luchado desde el principio y mantendremos hasta el final. Es una concepción totalmente diferente del paradigma. Para una marca, es su producto el que te viste, el que te hace ser. Para nosotros es totalmente lo contrario, Tú Eres y tú vistes nuestro producto, nunca al revés.
¿Crees realmente que los 300€ de más que estás pagando por un pañuelo Hermès o de otra marca de alto lujo es por su calidad?
No, no y no. Una gran parte de ese precio está destinada a publicidad, a crear esa realidad y deseo y necesidad de que lo necesitas. Otra gran diferencia con nosotros. No vamos a crear un problema que nuestro producto va a resolver, es disparatada esa filosofía, aunque desgraciadamente, demasiado implantada hoy en día.
Cuando sacas el sesgo psicológico de exclusividad y lujo, lo que realmente queda es el valor del producto en sí, sin florituras. Si con una parte del beneficio del pañuelo tienes que costear publicidad en televisión y demás, para crear esa imagen de marca exclusiva, pues termina subiendo el precio. Nuestra publicidad, la mejor, la que más nos gusta y mejores resultados nos da, principalmente por lo felices que nos hace, es el boca a boca. Porque esa es nuestra garantía y afirmación de que vamos por el buen camino. Y es que nos preguntamos, ¿por qué lo bueno, lo bien hecho no puede ser estar al alcance de todos?
Otra diferencia, es la forma de estampar los pañuelos. Nosotros no empleamos la serigrafía por la sencilla razón de que huimos de las grandes tiradas, que al final siempre llevan a generar en exceso. Nuestro modelo de negocio, es ir a lo que se demanda, fabricar lo justo y ahorrar todo lo posible en recursos innecesarios, y esto sólo nos lo permite la estampación digital de alta definición. Esto, y también conseguir una gama de colores, sombras y luces casi imposible de conseguir con la serigrafía, donde los colores son más planos.
El diseño de los pañuelos de seda Hermès
Nos quitamos el sombrero ante sus diseños. Trabajan con los mejores diseñadores que hacen auténticas maravillas. Y si te fijas con atención, verás como el tema de los caballos es recurrente en sus diseños. Ese guiño tan especial al pasado de como empezaron, fabricando sillas y arneses de montar a caballo.