Si en un post anterior aprendimos a diferenciar la seda del satén, hoy es el turno de conocer las diferencias entre la seda natural y la artificial. Ya que muchas veces nos encontramos con vendedores que aseguran comercializar pañuelos de seda, o prendas de este tejido, cuando lo cierto es que a veces estos productos están elaborados con tejidos sintéticos o artificiales que poco tienen que ver con la seda original y las muchas ventajas y propiedades de la seda natural.
Características de la seda natural
Para reconocer falsificaciones de seda y las diferencias entre la seda natural y la artificial, lo primero que debemos conocer son las características de la seda original. Y para ello nada como tener entre las manos uno de nuestros pañuelos de seda, o cualquier otra prenda confeccionada con esta fibra natural.
La seda natural es una tela lisa, con una superficie suave y brillante, que transmite sensación de lujo. Aunque a pesar de tener un precio más elevado que otras telas sintéticas o más comunes por el proceso necesario para obtener la seda, a día de hoy el precio de los productos de seda es muy asequible, existiendo una gran relación calidad-precio.
Algunas de las propiedades de la seda más llamativas son:
- Tejido hipoalergénica y antiácaros. No produce olores ni absorbe el polvo, no daña pieles sensibles, secas o irritables.
- Transpira de forma natural y previene el exceso de calor
- Regula la temperatura corporal, tiene efecto aislante, lo que permite mantener la temperatura del cuerpo
- No desprende partículas ni sustancias que puedan dañar las vías respiratorias
- Agradable sensación de suavidad, que releja el sistema nervioso y nos hace sentir mejor
- Es la fibra natural más fina y ligera que existe
- La seda es estable, resistente y duradera por naturaleza
Tips para diferenciar la seda natural y la artificial
Una de las grandes diferencias entre la seda natural y la artificial es su precio. Ya que un tejido de calidad, elaborado de forma natural, no puede ser barato ni asemejarse al de una tela sintética que trata de simular sus características. Por eso, si una prenda de seda es extrañamente barata, muy probablemente te encuentres ante una falsificación. Aunque como decíamos, la tela de seda ya no se asocia con un lujo solo asequible para unos pocos, y un ejemplo lo encontramos en nuestros pañuelos de seda natural.
- Como decíamos, la seda natural regula la temperatura corporal, así que en contacto con una persona, esta fibra natural adquiere de manera casi inmediata la temperatura de su cuerpo. En cambio esto no ocurre con la seda artificial, que es mucho más fría y dura.
- Aunque la seda natural se arruga, cuando comprimimos este tejido, observamos que se forman pliegues muy suaves, que resultan fáciles de alisar. En cambio la seda artificial se arruga mucho más y no se endereza tan fácilmente. De hecho a veces son casi imposibles de alisar incluso con una plancha.
- Los bordes de las prendas de seda natural tienen también una gran fluidez, que no interrumpe la sensación agradable del resto de la tela. Mientras que los productos de seda artificial pueden tener unos bordes más pesados y “ásperos” que no permitan el vuelo y fluidez natural de este tipo de tela. La caía de la seda natural siempre será más bonita y delicada.
- La seda de calidad se quema lentamente, dejando a su paso ceniza y olor a pelo quemado. La seda artificial se quema rápidamente, dejando una especie de bolitas que se endurecen.
Conclusión
Las características naturales de la seda hacen que este material sea difícilmente falsificado, ya que son muchas las propiedades que deberían coincidir para obtener un producto de la misma calidad.
En Hamzah apostamos por la seda natural para ofrecer a nuestros clientes un producto con el que podrán disfrutar de todas estas propiedades a la vez que lucen una prenda única y de una calidad excepcional.